22 dic 2009

LLEGO LA NAVIDAD: A EMBORRACHAR AL PAVO


Que bárbaro, los días corren y este año se paso volando en un abrir y cerrar de ojos, me doy cuenta que llego navidad, las propagandas a la orden del día promocionando regalos, regalos y más regalos, no sé exactamente si celebramos la fiesta de los regalos o el nacimiento del niño Jesús, éste año comente a mi familia que nos regalaríamos amor y la promesa de vivir en armonía, creo suena mejor. Y a propósito de la navidad quise recordar la época cuando vivíamos con la abuelita Julia, yo la llamaba "mi mamita", era su engreída, me daba mucho cariño y conversábamos mucho, tenia yo apenas ocho años ; recuerdo que tenía unos ahijados que la visitaban con frecuencia, eran de Chancay, a 78 kilómetros al  Norte de Lima  venían cargados de regalos naturales : naranjas, plátanos, papas, todas de su chacra y dentro de ellos su majestad EL PAVO, un animalito de corral que habían cuidado y alimentado durante casi un año, el mismo que estaba vivito y "coleando" o mejor dicho "aleteando", don pavo solía acompañarnos con su gluglutear por una semana aproximadamente hasta que la abuela un día antes de la navidad, sacaba de sus "guardau" su botellita de pisco, y empezaba a "brindar" con el pavo....... al principio no entendía porque el ritual, una y otra copa ella, pero al animalito con una jeringa, salud señor pavo, cuando no pasaba mucho tiempo y este empezaba a caerse, haciendo esfuerzo para levantarse otra vez, sus ojos cruzados me hacían reír, de pronto había llegado la hora, la abuela aparecía con un cuchillo que aterraba a cualquiera , un balde de lata o algo así, le amaraban las patas, pavo boca abajo y zassssssssssss.... el pobre pavito movía alas hasta quedarse inmóvil y expirar, entonces me ponía a llorar, mi pobre amigo pavo había muerto degollado y ahora su sangre corría en el balde; una olla de agua hirviendo yacía en la cocina , listo para meterlo, a fin de que sus plumas salieran con facilidad. Al día siguiente me resistía a meterme a la boca a mi amigo, aunque al parecer era el invitado especial de la mesa, pues lucía en el medio, con unos zapatos de platina, rodeado de ricas ensaladas y tomatitos cherrys.
Pobre animalito, hoy en día los tienen congelados, por cantidades industriales,  Feliz Navidad y provecho con el pavo!!!!!

Mery (sígueme en mi blog "La pera Madura50"

9 dic 2009

MAFALDA : MI PEQUEÑO GRAN CLUB




Esta historia de hoy no es jocosa para mí es una evocación de mi adolescencia, guardo con nostalgia bellos recuerdos que me gustaría viajar hacia el pasado. Esta vez el escenario se sitúa en mi tradicional Barranco, exactamente en Alfonso Ugarte 244, callecita corta, que nos acariciaba con la brisa del mar, bastaba caminar media cuadra para estar frente al malecón y quedarnos fascinados vislumbrando el azul ilusión del mar. Ahí pase parte de mi pubertad, recuerdo en la cuadra   chicos de la edad, Jorge, Julio, Octavio los hermanos Mongrut,  los chicos Canales, Fernando y Jorge, Gladys, Isabel, mis primas, Nellyta, Malena las hijas del “Dr. Gordón”, acreditadísimo y apreciado médico del distrito llamado el médico de los pobres, por su espíritu de ayuda a los más necesitados, entre otros chicos que recuerdo con tanto cariño.
Siempre me gusto liderar grupos participando en toda actividad que se presentará, una tarde de conversación de amigos de barrio, se me ocurrió formar un club, idea que fue bien recibida, por la collera del barrio. El entusiasmo nos embestía y en menos de una semana el Club “MAFALDA” estaba creado, a designar presidente, secretario, tesorero, todo como Dios manda, vivíamos en una quinta y aprovechábamos el área común para sesionar. No faltaba celebración del calendario que no fuera rematada con una actuación, sobre todo la del día de la madre, ahí dedicábamos todos nuestros esfuerzos lo mejor es que cuidábamos cada detalle y todo realizado con mucho amor,  nos poníamos armar las mini canastas que entregaríamos a las mamis, preparando días antes los posavasos hechos de las tapas de tarros de leches, las mismas que eran limadas, pintadas y decoradas, las sandalias de cartón a la tallas de nuestras mamás,  forradas en tela, se imaginaran que diseños!!!! entre otras manualidades que se nos ocurría hacer, éramos muy creativas. Luego la actuación el escenario sala de la casa de mi abuela Julia, sillas distribuidas en filas y la tradicional flor de solapera, uno a uno íbamos desfilando con números creativos no existía vergüenza; cuando Isabel oficiando de maestra de ceremonias anunciaba con retumbes de tambores imaginarios … Señoras y señores a continuación nuestra amiga Mery nos cantara: “Una carta al cieloooo”….plaff Pfaff (confieso que siempre fui figuti, como diría mi amiga Zaida), aplausos, salía con mi rostro embetunado, mi ajuar harapiento y sucio, una cometa echa de página de cuaderno cuadriculado con la palabra “mamá” jalada por un pabilo sucio, el número principal; silencio en el salón y concentración total, recuerdo que le ponía tanto entusiasmo y pasión que dejaba caer más de una lagrima por mi rostro, lagrimas que eran contagiadas a nuestras mami que tímidamente sacaban sus pañuelos embebido con olor a rosas como antes se usaba, para secar sus mejillas, terminado el número corría abrazar a mi mamá.
Cuantos pasajes en mi vida, cuantos recuerdos realmente inolvidables, relatos que desearía volverlos a vivir, el tiempo pasa, pero bendito sea Dios que estos permanecen grabados en mi mente y puedo compartirlos con el mismo cariño y entusiasmo del ayer. Pregunto a los chicos del Club “Mafalda” si nos damos una oportunidad para un reencuentro.