25 ago 2010

DE PASEO EN EL TREN DE LA COSTA


Hace casi 9 años atrás decidimos ir de vacaciones a Argentina, como es lógico nos envolvíamos en el ensueño de conocer otro país, preparamos las maletas, la infaltable cámara fotográfica y enrumbar al país del tango, añejo vino y sabroso bife. Ummmmm percibo el aroma, que rico!!!!!!.

Días realmente inolvidables, tanto así que casi nos quedamos aferrándonos a la tierra.... ¿¿como así?? , pues bien les contare: programamos la mañana para conocer el Parque de la Costa, un parque de diversiones, algo así como un Disneyword en pequeño, ubicado en la ciudad del Tigre ,tomamos el llamado tren de la costa, el que recorre aproximadamente quince kilómetros de preciosa costa bonaerense, bañada por el río de la Plata, hermosos paisajes, nos habían recomendado que de regreso bajemos en una de las estaciones para visitar los centros comerciales por si se nos antojaba ir de "shopping", y así fue,ya cansados de visitar tiendas,era hora de regresar al hotel cuando de pronto, nos interrumpió una lluvia torrencial, raro para nosotros! nos llevo a correr a la estación cercana, la lluvia no dejaba ver casi nada, el viento traspasaba mi cara, como siempre me atribuía "llevar el timón aunque ..sea a pie"... abría el camino, para llegar a la estación, deberíamos tomarla del otro lado de la vía, tome a mi hijo de la mano y sin mirar a los costados camine por los corredores de izquierda a derecha sin mirar el horizonte, ¡¡¡zuacate!!! a cruzarrrrrrrrr, ya estábamos más que mojados, cuando de pronto sentí la bocina infernal del tren en mi oído el tren estaba tan cerca mío como no se lo pueden imaginar, jale a mi hijo del brazo, sintiéndolo casi "acariciar" nuestras espaldas, voltee enseguida para ver a mi gordo que venía atrás nuestro, no estaba, sentí un terror indescriptible, ¿ me habría quedado viuda?... solo recuerdo ver pasar vagones y vagones, mi corazón quería salirse por la boca, no puedo describir cuanto tiempo duro mi angustia, tal vez fue muy fugaz, pero para mi una eternidad,  luego afortunadamente pude ver a mi esposo tan pálido como yo, el había sido cauto, NO LLEGO A CRUZAR!!!!!.
Irresponsable y apresurada mi acción, Moraleja, más vale perder un minuto en la vida que la vida en un minuto... (segundosss)

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