8 abr 2013

HEY !... CUIDADO CON LO QUE ESCRIBES EN LA ISLA

Mis vacaciones del 2007 decidimos ir a Cuba, debo confesarles que me inquietaba mucho el conocerla. Especificamente viajamos a La Habana y Varadero,fue una experiencia llena de riqueza cultural, el año anterior habiamos viajado a Estados Unidos y ahora nos encontrabamos con una realidad totalmente opuesta que en mi primer día de llegada quería regresarme pues en mi cómodo hotel de la vieja Habana tuve que hacer una cola para acceder a mi desayuno y no precisamente porque estuviera lleno de turistas, aparte de ello pense encontrar utiles de aseo como en cualquier hotel, estos brillaban por su ausencia, ni modo a salir a comprarlo, caminamos una , dos, tres cuatro cuadras sin éxito no había un súpermarket o minimarket o bodega abastecida alguna con estos productos, solo viejas y lúgubres tiendas similares a lo que alguna vez mi abuela me contaba que existieron en Lima, si bien es cierto quería salir corriendo, esta forma de vida me empezaba a interesar, la gente se nos acercaba para preguntarnos si teníamos algo que regalarle; un contenedor en la puerta del hotel con desperdicios de comida estaban al acecho de algunas mujeres con hijos cargados en brazo que buscaban algo que pudieran rescatar, un hombre a la entrada de la catedral de la Habana, nos consultaba si deseábamos nos guié y enseguida nos decía Mexicanos, no? a los que respondíamos no, peruanos entonces, abriendo los ojos con expresión de alegría decía "ahhhhh la tierra de la Srta Laura"... plopp queria morirme, hubiera esperado que mencionaran la tierra de Vargas Llosa u otro digno representante de la época. Nuestro caminar por estas tierras se tornaban cada vez más interesantes, la housekeeping del hotel nos relataba su historia que estudio ingenieria industrial sin embargo pese a destacar en la universidad nunca había conseguido un puesto de ello y venía trabajando desde hace un buen tiempo para que con las propinas poder juntar para comprarse un refrigerador, pero olvidaba que en su barrio solo había luz tres veces por semana, al otro día la chica que conducía el "cocotaxi",una de las originales y pintorescas formas de transportarse, nos consultaba si había sitio en la maleta para llevarla a nuestro país, el taxista que nos llevo a conocer una fábrica de ron, nos conversaba que era profesor de educación física desde hace 10 años de los cuales solo trabajo uno en su profesión,ganando poco menos de veinte dólares, lo que lo llevo a dedicarse a taxear,aunque por una paga inferior pero que las propinas le ayudaban más. Si tengo en este coloquio que contarles cual fue la gota que derramo el vaso, nada menos la de un guapísimo, churrisimo, bello barman de aproximadamente 25 años quien atendía en la barra de la piscina del hotel, al solicitarle me sirviera un trago me pregunto: - te parezco bonito?- respondi enseguida muy segura eres muy simpático; repreguntandome quieres que te divierta esta noche? no recuerdo si me sonroje, lo único que atine a decirle, bueno puede ser si tambien nos acompaña ese gordito que esta en la piscina, refiriendome a mi esposo, el chico luego, solo me alcanzo mi piña colada... más tarde veria que una escultural canadiense sacaría de la parte superior de su bikini un billete y un apunte para darle a nuestro "bonito Barman", imagino que había accedido a tan gratificante diversión. Una y mil historias más que decidi contarle a mis familiares desde una vieja computadora del hotel pagando creo el equivalente a 10 dolares por 30 minutos, 15 de ellos se tomaría para conectarse,un servicio extremadamente lento, cuando relataba todas estas historias increíbles para mí, obviamente no contaba cosas gratas para el país, mi email NUNCA llegaba, probaba entonces en enviar uno nuevo diciendo que era una experiencia excitante y demás cosas gratas y ese correo si llegaba, hasta ahora me cuestiono que podía pasar, existía un filtro tan minucioso como para rastrear el Ip, o precisamente mi email, así de sencilla mi conclusión hasta hoy no lo entiendo! . Ignoro si las cosas hoy cambiaron en la Isla; ya hace 06 años de ello, pero estoy convencida que quiero regresar. No hay que quitarle el mérito, Varadero y La Habana en particular tienen su encanto, quede enamorada de su música, su cabaret su historia, su gente, sus calles, su malecón, su todo.

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