Esta vez nos situamos en el año 1995 , con un año de casada había cambiado de
barrio o mejor dicho de la Ciudad de Arequipa a Lima, al parecer el nuevo clima del distrito Linceño
no me sentaba bien; no tanto por la humedad sino por la polución o tal vez por ser casa antigua, guardaba un
olor húmedo, lo que me ocasionaba crisis asmática, uno de esos días esta fue muy aguda (tal vez quería sentirme más
engreída…y llamar la atención, así dicen los esposos cuando te duele algo ) esta me llevo a la
emergencia del seguro, mi esposo en todo momento conmigo como médico pidió
ingresar a los cubículos (aunque es prohibido que el familiar permanezca ahí); presentaba
sibilantes y el clásico cuadro de la crisis, el reloj marcaba aproximadamente
las tres de la mañana, había mucho movimiento, una noche agitada en el Rebagliati, supongo como
todas las noches de emergencia, ruido, gritos de dolor, requintadas de algunos
pacientes, por sentirse abandonados, entre otros. En la emergencia, se dejaba ver
que las enfermeras y doctores, andaban de vuelta y media, quizá ahí uno se pone
en los zapatos del otro, ya sea como paciente o como personal asistencial realmente
es muy difícil pasar por ahí. Luego de
ser examinada por el emergenciologo, protocolo básico aplicado creo a todos… permanecer por horas en
una silla de ruedas o camilla me establecieron
las medicinas (la clásica vía con el corticoides) , por un rato tranquilidad me
iba quedando laxada, de un momento a otro entro una enfermera o técnica no lo sé…,
regordeta y chata , diciéndole a mi esposo adormitado que se baje un poco el pantalón…
debo confesar que cuando Hugo tiene sueño, no importa lo que le digan, el
obedece como sonámbulo, aunque parezca increíble
lo que les voy a contar no nos dio tiempo ni de respirar y poder decirle que
él, NO ERA el paciente, cuando el analgésico
(inyección) termino de entrar … estaba destinada para el
enfermo de a lado…ploffffff, afortunadamente no fue un medicamento que le
trajera alguna complicación, si le ocasiono una baja de presión pero nada de
cuidado, solo nos quedamos mirando impávidos.
¿Me quedo la pregunta, cuantas
equivocaciones tan singulares se darán???? Dios nos libre. Después de pasar el susto, me divirtió contar
esta historia
Mery
Mery
que divertido tu relato, dile a la enfermera que no se equivoque para la proxima, o sera que ese paciente estaba más provocativo del popo???
ResponderEliminarsuave con el tío! y le dolio la inyección, es un riesgo de todas maneras, si he escuchado de otras equivocaciones, chevere tu historia
ResponderEliminarGracias por sus comentarios, anécdotas divertidas pero que pueden traer una consecuencia. Síganme leyendo!!!
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