8 jun 2017

CANELONES EN EL CINE

La historia que les presento hoy es algo “caliente” y dolorosa, en meses pasados se nos antojó ir al cine con motivo de ver una las últimas películas ganadoras y nominadas de la 89 Edición de los premios Oscar’s, ahora solemos ir solos ya que nuestro hijo anda como es lógico a su edad estar en otros menesteres entre la universidad, el trabajo y recreo. Acababan de estrenar “LA LA LAND” interpretada fantásticamente por Ryan Gosling y Emma Stone, simpática y musical película, ahora doblemente anecdótica (nos incluimos), ganadora de muchos premios, incluso casi casi del máximo galardón. Decimos ir a la sala premium del RP Salaverry, para darnos el gusto completo, en sillones confortables, carta de comidas y bebidas entre otras, estábamos listos a pasar una velada entretenida. Hugo me pregunto ¿que comemos? Mire la carta y le dije… -se me antoja unos canelones en salsa de champiñones  y un pisco sour para acompañarlo-, pues bien el pedido llego, se veía apetitoso y muy humeante, la niña del servicio, se alisto acomodar las fuentecitas sobre la mesita entre las butacas, haciéndonos la advertencia que tengamos cuidado con quemarnos…-“el plato está muy caliente”-  dijo, cuando no termino de hablar y creo yo en la oscuridad tropezó, se le resbala el plato, saliendo los canelones hirviendo , cayendo justo donde menos lo desea cualquier hombre, entre las piernas y la ingle de mi pobre esposo, confundiéndose entre canelones, el pobre gritaba en voz baja para no distraer a los espectadores y se  retorcía en el asiento de dolor. La chica me miraba y miraba al mismo tiempo al centro de atención, avergonzada y asustada, como diciendo ¿Qué hago? ¿Lo saca usted o lo saco yo? , segundos que parecía una eternidad, pues nada dirigí mi mano hasta donde ocurrió el episodio, causándome enseguida una quemadura con ampolla incluida, ya no era uno el quemado éramos dos, dicen que las parejas deben vivir en la misma intensidad lo que le pasa al otro… y así fue. ¡Atine a decirle a la señorita por favor traiga hielo, papel, una pomada para las quemaduras!!!! Y a pesar que estábamos heridos nos quedamos en el lugar pues nos daba roche, salir sucios y caminando raros… Al cabo de unos minutos trajo literalmente un bolsón de hielo (esos que venden en los grifos…) Previamente el vaso de pisco sours helado había servido para aliviar mis ampollas, mi esposo con su bolsa de hielo en el punto crítico, un rollazo de papel higiénico, nunca supimos ¿por qué tanto? (esos que ponen en los baños públicos) y la pomada en medio de la oscuridad aplicándola… se imaginan? Vaya accidente.
Nadie vino del cine a disculparse o atendernos, al contrario el supervisor mando decir que si queríamos otro plato de canelones nos dejaba a mitad de precio (semejante disparate), al salir todos se hicieron humo, no encontramos a nadie donde poner la queja, era la última función. Y nosotros uno escaldado…y otra con la mano ampollada, nos retiramos con nuestros pasos tristes.
La La Land se había convertido en una película para recordar en nuestras vidas. CONCLUSION:

MAS CALIENTE QUE UN BRASERO, LA BRAGUETA DE UN HERRERO… bueno en este caso ustedes saben la profesión, aplíquenlo .
                                                                      Mery

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