La historia que les presento hoy
es algo “caliente” y dolorosa, en meses pasados se nos antojó ir al cine con
motivo de ver una las últimas películas ganadoras y nominadas de la 89 Edición
de los premios Oscar’s, ahora solemos ir solos ya que nuestro hijo anda como es
lógico a su edad estar en otros menesteres entre la universidad, el trabajo y
recreo. Acababan de estrenar “LA LA LAND” interpretada fantásticamente por Ryan
Gosling y Emma Stone, simpática y musical película, ahora doblemente anecdótica
(nos incluimos), ganadora de muchos premios, incluso casi casi del máximo galardón.
Decimos ir a la sala premium del RP Salaverry, para darnos el gusto completo,
en sillones confortables, carta de comidas y bebidas entre otras, estábamos listos
a pasar una velada entretenida. Hugo me pregunto ¿que comemos? Mire la carta y
le dije… -se me antoja unos canelones en salsa de champiñones y un pisco sour para acompañarlo-, pues bien
el pedido llego, se veía apetitoso y muy humeante, la niña del servicio, se
alisto acomodar las fuentecitas sobre la mesita entre las butacas, haciéndonos la
advertencia que tengamos cuidado con quemarnos…-“el plato está muy caliente”- dijo, cuando no termino de hablar y creo yo en
la oscuridad tropezó, se le resbala el plato, saliendo los canelones hirviendo ,
cayendo justo donde menos lo desea cualquier hombre, entre las piernas y la
ingle de mi pobre esposo, confundiéndose entre canelones, el pobre gritaba en
voz baja para no distraer a los espectadores y se retorcía en el asiento de dolor. La chica me
miraba y miraba al mismo tiempo al centro de atención, avergonzada y asustada,
como diciendo ¿Qué hago? ¿Lo saca usted o lo saco yo? , segundos que parecía una
eternidad, pues nada dirigí mi mano hasta donde ocurrió el episodio, causándome
enseguida una quemadura con ampolla incluida, ya no era uno el quemado éramos
dos, dicen que las parejas deben vivir en la misma intensidad lo que le pasa al
otro… y así fue. ¡Atine a decirle a la señorita por favor traiga hielo, papel,
una pomada para las quemaduras!!!! Y a pesar que estábamos heridos nos quedamos
en el lugar pues nos daba roche, salir sucios y caminando raros… Al cabo de
unos minutos trajo literalmente un bolsón de hielo (esos que venden en los
grifos…) Previamente el vaso de pisco sours helado había servido para aliviar
mis ampollas, mi esposo con su bolsa de hielo en el punto crítico, un rollazo de
papel higiénico, nunca supimos ¿por qué tanto? (esos que ponen en los baños públicos) y
la pomada en medio de la oscuridad aplicándola… se imaginan? Vaya accidente.
Nadie vino del cine a disculparse
o atendernos, al contrario el supervisor mando decir que si queríamos otro
plato de canelones nos dejaba a mitad de precio (semejante disparate), al salir
todos se hicieron humo, no encontramos a nadie donde poner la queja, era la última
función. Y nosotros uno escaldado…y otra con la mano ampollada, nos retiramos
con nuestros pasos tristes.
La La Land se había convertido en
una película para recordar en nuestras vidas. CONCLUSION:
MAS CALIENTE QUE UN BRASERO, LA
BRAGUETA DE UN HERRERO… bueno en este caso ustedes saben la profesión, aplíquenlo .
Mery
Mery
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