Si pudiera acordarme de las anécdotas de mi vida ya tendría un buen cuadernillo animándome a editarlo, y ¿por que no? tal vez lo haga a mediano plazo.
Esta tarde tomábamos lonche con mamá y rememorábamos nuestros años en la majestuosa ciudad de Arequipa, cursaba el cuarto año de secundaria, yo era una alumna que se permitía estudiar en dos ciudades a la vez, Lima y Arequipa, pues mi colegio de siempre era el Mary's Children en Barranco, Lima, a raíz de que papá consiguió un trabajo en la leche Gloria, tuvimos que trasladarnos allá, y sencillamente no me acostumbraba, regresando en el segundo semestre a mi colegio y así lo hice hasta quinto mitad allá, mitad acá.
Mamá para entretenerse y conocer gente en la nueva ciudad había decidido estudiar cosmetología, como saben en estos estudios te exigen llevar una modelo para las practicas...sí, si, sí; no se equivocan esa modelo era YO, ya que había que aprovechar mi cabello largo de la época, hubiera hoy preferido mil veces tenerlo corto como ahora, pues a mamá le habían dado un libro con mas de 50 peinados que debía practicar, TODOS mas estrambóticos que otro y nada menos que se plasmarían en mi cabeza!!: gato, Medusa con tirabuzón, trompo, Bop, yoyo, a lo Marylin Monroe y otros mas, donde tenían que crear volumen lo que se conseguía con los batidos, para luego recoger el cabello y adornarlos con flores, lazos, cintas, vinchas etc. finalmente una buena cantidad de laca para fijarlo, sentía que tenia un casco de guerra encima, mientras tanto mami se sentía muy orgullosa de su peinado, y de la buena nota que le habían puesto en su libreta de control, pero... yo quería convertirme en una pulga o el bicho mas pequeñito donde nadie mire mi cabeza centro de atracción, más aún porque ese peinado lo luciría al día siguiente en el colegio para felicidad de ella, como efecto de marketing, por si alguna chica se animaba a solicitarlo para sus quince años... ya cuando regresaba del colegio, recién lavaría mi cabeza para estar lista al nuevo diseño, ¡Oh por Dios que pecado cometí!!!! debo confesar que mi compañeras de clases me miraban como un marciano, era la niña extraña de la clase, creo que por eso no hice muchas amigas y deseaba intensamente regresar lo mas pronto posible a mi colegio de Lima.
Hoy recordando y riéndonos mucho me doy cuenta que no era tan malo, pues me permitía compartir horas con ella y acopiar recuerdos para la historia que hoy les cuento. Finalizo diciéndoles "que ser la oveja sexy de la familia no fue fácil"
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