He sentido más de una vez la ventisca de
la muerte murmurar en mi alma, que me queda el miedo por mas que lo he querido
olvidar, un asalto a mano armada en la puerta de mi casa, años atrás un segundo entre la
vida y la muerte cuando imprudentemente cruce la línea del tren en Argentina,
un intento de asalto con fusiles una noche en San Isidro, una taza de te con insecticida, patrulleros y ambulancias en sentido contrario por la avenida Abancay en tiempo del Gobierno Aprista, yo sin darme cuenta al cruzar la pista y finalmente ver, oler y escuchar las balas una noche de diciembre en la puerta de la
embajada de Japón.
Precisamente hoy quiero referirme a esta
experiencia, era un 17 de diciembre del año 96 ya de regreso a casa después del
consultorio de mi esposo. Transitábamos por una de las callecitas de San Isidro
en el auto, Hugo y yo adelante y la nana con mi hijo en el asiento posterior, apenas
tenía 04 meses de edad, acabamos de salir de la Javier Prado llevábamos la
delantera en la línea de autos, y atrás unos cuatro más en fila, cuando de pronto
el resonar de las balas y no solo eso el cruce en una luz fugaz entre rojo, amarillo
y naranja intenso vimos pasar, de inmediato la poca gente que pasaba por la zona
se tiró al suelo, por un segundo o no se cuánto nos quedamos inmóviles y
aterrados, pedí a la chica se ponga al piso del auto con el bebé, yo mirando
hacia atrás y haciendo signos con la mano para que el que estaba atrás nuestro
retroceda; es muy difícil describirlo, Hugo sereno casi agachado en el asiento retrocedía,
yo igual casi desaparecida en el asiento, un poco sudando frió, un poco
temblando, un poco llorando.
Acababa de ser tomada la Embajada de Japón
un secuestro masivo ejecutado por 14 miembros del MRTA, habían tomado de rehenes
a cientos de diplomáticos, militares, funcionarios de las diferentes entidades
del gobierno, empresarios entre otros, celebraban nada menos que el cumpleaños número
63 del Emperador de Japón Akihito organizada por el embajador.
Si lo recuerdan los que ya tenemos cierta
edad fueron los días más duros que vivió el país, mas de cuatro meses hasta la liberación
un 22 de abril del 97.
Estar en una situación de estas es ver en
una breve fracción de tiempo pasar toda tu vida y acordarte principalmente de
los seres que mas quieres. Afortunadamente estas épocas del terror pasaron.
Concluyo con este pensamiento de Antonio
Machado: “La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la
muerte no es, y cuando la muerte es,
nosotros no somos” finalmente nunca vamos a experimentarla.
Mery Rosas - Abril 2020
Mery Rosas - Abril 2020
Espero disfruten cada publicación y apoyenme con sus comentarios
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