7 nov 2009

TÍO ESTÁN "VIOLANDO" A UN MUERTO





Como casi todas mis historias, esta tambien sucede en la bella Arequipa, tierra que nos acogió durante años,  Florcita, mi prima dulce y pequeñita, la habíamos llevado a vivir con nosotros pues en Lima sufría frecuentemente de asma por el clima tan húmedo, el medico había recomendado trasladarla a un lugar más seco y que mejor que la ciudad blanca, ella tenía más o menos siete añitos, mis padres se encontraban felices por tenerla con nosotros, no dudaron en acogerla como una hija más, la familia había crecido y me encantaba cuidar de ella, engriendola y llenándola de cariño, sobre todo haciéndole sus peinados.


Papá después del trabajo solía sacarnos a pasear en el auto por  las noches, nuestro paseos estaban llenos de conversaciones y risas, nos contaba como había transcurrido su día en la fábrica de Leche Gloria, eran  otras épocas, se compartía más, nos gustaba ver las luces destellantes de la serena Arequipa, vuelta a la Plaza de Armas, la calle Mercaderes, Jerusalén, Rivero, paseo que terminaba su recorrido en el Balneario de Tingo, comiendo los ricos buñuelos o picarones como le llamamos en Lima, acompañado de la rica bebida escocesa cuando “bajábamos” (suelen llamarle así a los sentidos de la calle mirando hacia el Misti) por la avenida Parra, Florcita diviso que en una casa había mucha gente en la calle desconsolada: era un velorio, algo asustada exclamo: - “ Tío en esa casa están violando a un muerto!!”- respondiendo papá alarmado: ¿pero hijita como puede ser tremenda barbaridad??, vamos a dar la vuelta nuevamente para comprobar lo que dices. Al volver por la zona todo estaba dentro de la normalidad, el respeto de un velorio, mujeres con las caras tapadas con sus velos de tul negro a la tradición de la época, sollozando, no había nada de que asustarse, solo que Florcita había confundido la palabras  y lejos de decir están “velando a un muerto”, lo cambio   en su ignorancia de niña por “violando a un muerto". Comprensible, pues solo tenía 7 años de edad, apenas había empezado a formar su vocabulario. Ufff respiramos tranquilos, papá explico con sutileza que la palabra correcta era velar. Minutos más tarde estábamos saboreando los buñuelos con chupada de dedos incluida y limpiada de manos en su trapo mojado que daban las caseras, ummm..... que ricos tiempos vividos, cuanta nostalgia, recuerdos que nunca olvidaremos a lado de papá y mamá.

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